I want to be the bluebird. Singing, singing to the roses in the yard

martes, 25 de enero de 2011

Para escuchar en REPEAT + Versionar no es cambiar la voz: My Back Pages (Bob Dylan)


Cómo no, del enorme e incomparable; del dueño de todos los adjetivos que siempre se le quedarán cortos, de Bob Dylan.

Una canción de la que se ha hablado mucho y se escribe aún más, sobre la cual la mayoría de los aficionados y expertos dice ser un conato de rechazo a la canción protesta por los derroteros que ésta había tomado: una suerte de sin sentido lineal y del que todo el mundo se podía estar aprovechando mientras atrás iba quedando la auténtica génesis de aquel concepto musical.

En cualquier caso, se trata de una pieza acústica -esto no era difícil- a la que muy pocos pueden acercarse para hacerle la más mínima sombra. Por su belleza, por su sencillez, y por la concisión tanto en la música como en las estrofas que canta. Evocadora de una nostalgia tan lejana como el mismo tiempo, y orbitando alrededor de un profundo y cansado sentimiento de melancolía, este tema lo es sencillamente todo. Sería difícil encontrar a alguien que incluso haya gozado del éxito musical más rotundo, que negara añorar haber querido componer con sus dedos esta canción. No es casualidad que tantos y tan diferentes artistas, conocidos o no, si es que eso importa mucho, hayan querido proponer su visión de la canción.

Así, deseo que si alguien lee este blog, quede prendado de ella para siempre.

Bob Dylan:



The Byrds:



The Hollies:



The Ramones:

DISCO SEMANAL #12: Phosphene Dream (The Black Angels)


Llevo unos cuantos días enganchadísimo a este disco. Supongo que hay temporadas en las que uno está mucho más receptivo a escuchar de buen gusto música más psicodélica que de costumbre, imagino que por un estado de ánimo infludo a saber por qué... pero el caso es que es así. Y no es que vayas caminando por la calle o mirando por la ventana del autobús y, de repente, te parezca que todo pudiera tornarse color verde y las nubes hacer figuras de elefantes haciendo gimnasia (que también pasará sin necesidad de ir hasta arriba de nada)... no. Sencillamente es que en tu cabeza esa música fluye, cosa que no sucede siempre. Al menos en mi caso particular. Aún así, aprovecho para declararme fan de la psicodelia.

Pues precisamente eso: un disco éste de The Black Angels básicamente de rock psicodélico. Término que seguramente hará que muchos se lleven las manos a la cabeza, recordando grupos plomíferos cuyas canciones jamás entenderemos por qué llegaron tan lejos... pero no. Es un disco que apetece escuchar por segunda vez. Es más, cualquier canción podría quedar bien en el próximo recopilatorio que le hagas a tu novia medio indie (espero que eso siga haciendo).

The Black Angels (nombre salido del tema "The Black Angel's Death Song", de la Velvet Underground) son de Austin, Texas. No vamos a recordar lo importante que es (y ha sido) Austin para el rock, que para eso ya hay camisetas a patadas que lo van recordando por ahí, pero... joder, nunca dejaré de preguntarme qué coño piensa el resto de Texas sobre Austin, en donde decenas de bandas de calidad proliferan como los modernos en la Gran Vía. Lo mismo a alguna hasta se le ocurre escribir un verso en contra de la pena de muerte.

"Phosphene Dream" es el tercer disco de estudio del grupo, y presenta diez canciones elaboradísimas y que enganchan desde el primer momento. Uno no tiene conciencia exacta de lo está escuchando, precisamente por esos aires psicodélicos que envelven este trabajo, pero ciertamente desde el primer tema uno queda atrapado en esa atmósfera etérea que crean los americanos sin, gracias a Dios, una producción barroca o pasada de rosca.

Muy recomendable. Yo, como digo, estoy enganchadísimo.

miércoles, 19 de enero de 2011

Para escuchar en REPEAT: I Cover The Waterfront (John Lee Hooker & Van Morrison)


Podréis encontrar esta canción -entre otros- en un disco de Hooker que se llama "The Best Of Friends", en el que colabora con él una retahíla de grandes músicos como Clapton o Van Morrison. Un disco de obligada escucha para los amantes de la música, y, sin duda alguna, de cabecera para los apasionados del blues más hondo (aparece con Morrison originalmente en "Mr. Lucky" y, grabada sólo por Hooker, en "The Ultimate Collection").

Un tema de blues popular que se hizo famoso en la década de los años 30, compuesto por Johnny Green y Edward Heyman y posteriormente versionada por mnúltiples artistas como Billie Holiday o Louis Amstrong.

Esta versión de Hooker con Morrison es una verdadera joya, una obra maestra que empapa los oídos de quien la escucha. Impone con la autoridad de su hermosura el blues que sólo alguien como Hooker posee en sus dedos.

Imprescindible.

martes, 18 de enero de 2011

Para escuchar en REPEAT: Bittersweet Symphony (The Verve)

Se olvida uno, según va creciendo y llenando la maleta de trastos inservibles, de todo aquello que le hizo ser quien soñaba, al menos por un momento tan breve como un chispazo. Durante el segundo día consecutivo en el que la ciudad se levantaba invisible tras la niebla, me acordé de que ésta era la mejor canción que se escribió en la década de los noventa y que, afortunadamente para mí, nadie podrá quitarla de mi cabeza hasta que me cubra tierra húmeda.

'Cos it's a bittersweet simphony, this life.

DISCO SEMANAL #11: Homeless Brother (Don McLean)

Hace poco encontré este disco, la versión original en vinilo de 1974, en la colección de un familiar. Cuando terminé de escucharlo no daba crédito. Hacía tiempo que un disco no me sorprendía tanto, no me llenaba de tal manera, y no me resultaba tan hermosamente atractivo. Fue un auténtico flechazo, honestamente. Y llevaba ahí, en la estantería de esa habitación, delante de mis ojos, toda una vida.

Once preciosidades. Once canciones que llevas esperando escuchar desde que tienes memoria. No las conoces, pero crees reconocerlas desde el primer momento en que suenan. Una delicia folk, o como quieras llamarlo, pero una delicia. Las canciones llenan el espacio con naturalidad y sencillez; embriagadoras sus melodías, que verdaderamente transportan nuestra imaginación, aunque esto ya se diga sin pensar y sin concederle valor al decirse, a un lugar mejor, mucho mejor.

Llegué a una conclusión algo difíl un rato después. Don McLean es culpable de haber escrito "American Pie". Sí, ese himno indescriptible, anacrónico, único. Si no lo hubiera hecho, se escucharían más sus otros discos.

lunes, 10 de enero de 2011

DISCO SEMANAL #10: The '59 Sound (The Gaslight Anthem)

Cuando leo sobre The Gaslight Anthem, me hace feliz notar que una parte del mundo ha sido justo con ellos sin depender de la suerte; de nada que no fuera otra cosa que su música. Las críticas que recibe no son sólo palabras bonitas -sobre todo al respecto de "The '59 Sound"-, sino que de ellas se desprende una especie de sentimiento de esperanza. No creo que sea un grupo mimado, no van por ahí los tiros. Tan sólo pienso que, viendo lo que han hecho, muchos contenemos la respiración deseando que el futuro confirme que, efectivamente, no era una ilusión: que ellos brillan más que el resto en el cielo.

Por otra parte y de igual manera, algo de injusticia hay en el hecho de que no se hayan comido las listas de éxitos por el mundo. No digo que eso necesariamente sea ni tan siquiera lo que busquen o lo que sea de esperar (Dios me libre, por favor...), pero así "debería" de haber sido. Por poner un ejemplo más o menos de su año: "Neon Bible" (discazo de The Arcade Fire) es de entonces (2007) y no sólo recibió buenas críticas sino que, además, fue un boom mediático (como viene siendo su caso). Chico... yo qué quieres que te diga; no me parece ni de lejos un disco superior a "The '59 Sound". Sí, que se les va mucho la olla, que meten muchos instrumentos, que muy barrocos, que muy oscuros y misteriosos ellos... pero lo que son las canciones, no creo que su raíz sea de más calidad.

Pero a lo que íbamos: "The '59 Sound" hay que escucharlo porque es un disco hecho para tí, que estás deseando escuchar rock and roll igual que el motor de un bólido desea tragar gasolina para saciar su sed brutal. Es un disco que encierra tal pasión y amor al arte que en cuanto el CD se ponga a girar, tu cuarto quedará inundado por el olor que habita en los lugares en los que se sitúan las historias que narran sus canciones.

Irremediablemente influenciados por Bruce Springsteen (New Jersey), muchos creen que este grupo podría ser quien recogiera el testigo de la música del Boss. Estas comparaciones no me gustan mucho porque no tienen demasiado sentido... pero ahí queda, desde luego, que un experto de no sé dónde lo diga. En este disco encontrarás referencias y sonidos a clásicos que a lo mejor aún no conoces, pero que creerás reconocer al momento.

De escucha obligatoria y necesaria, de principio a fin, sin saltarse ningún tema, respetando el trabajo de la banda.

jueves, 6 de enero de 2011

Ojalá hubiera estado allí: Oasis en los 90s

Me puse nostálgico estos últimos días y removí mis primeros discos. El por qué de mi amor incondicional al rock and roll se llama Oasis y, más en concreto, Noel Gallagher. Somos cientos de miles los que sentimos la llamada de todo esto gracias a semejante cejijunto, y, aunque hayamos avanzado en nuestros gustos, a mí no me cuesta admitir que siempre serán los primeros en mi corazón. De hecho, creo que Noel podría sacar un disco de techno-rumba y aparecer en los videoclips rodeado de tías buenas bailándole, que aún así intentaría justificarlo.

Ahora las cosas han cambiado mucho. Ya en las últimas giras se notaba el cansancio de un grupo que, probablemente, murió por su miedo a innovar; a buscar lo que -seguro- aún albergaban de talento. Quizá la decisión de Noel de dejar el grupo fuera lo más maduro por su parte. Personalmente deseo que vuelva con algo pronto, pero sobre Oasis, seguro que hizo lo correcto. Aquello se convertía en un vicio malo y cada vez más profundo.

Sea como fuere, hoy recuerdo la época más brillante de este glorioso grupo con un ejemplo muy claro: Noel jamás fue precisamente un guitarrista técnicamente superior; nada más lejos de la realidad. De hecho, cualquiera que toque la guitarra y haya intentado imitarle, enseguida se habrá dado cuenta de por dónde va siempre. Pero, la verdad... ¿a quién le importa eso? En este vídeo (seis minutos extra al final de "Champagne Supernova" durante la gira del "Be Here Now", en 1998) lo que verdaderamente importa es ver las ganas que tenían de comerse el mundo. Cómo con un nivel técnico mediocre, Noel se lanza a conquistar el mundo con un sólo de guitarra enorme. Más bueno, más malo, más bonito, más feo. Pero lo hacía.

Si esuviste allí en aquella época, realmente estuviste en la cresta de la ola viendo a un grupo que, le pese a quien le pese, ha mantenido en muchas generaciones la ilusión por empezar a tocar la guitarra.

lunes, 3 de enero de 2011

DISCO SEMANAL #9: Universal (La Habitación Roja)

Una de las aficiones principales de la crítica musical de este país (España, que quede claro) es decir gilipolleces para hacerse notar, puesto que no tiene la nobleza suficiente como para reconocer lo bueno, aunque no venga de la mano de un grupo novel o cuya promoción parece la de un catálogo de ropa y complementos. Así, hace poco me quedé boquiabierto cuando leí una crítica de Carlos Marcos (un entendido, supuestamente) del último disco de Neil Young en la "revista" Rolling Stone. Se quejaba de que el disco era aburrido, raro, y que la labor del productor era "sospechosa" al no hacer nada (el disco es básicamente él tocando la guitarra, no más). Creo que no entendió muy bien la naturaleza del disco, que era precisamente esa: mostrar las canciones de manera cruda y sólo con las guitarras. Dos cosas: la primera, que el disco ha recibido críticas buenísimas por todos sitios. La segunda, sí, Rolling Stone es ese panfleto publicitario con fotos de moda y en la que nadie habla de música.

"Universal", de La Habitación Roja (LHR), puede que no sea ni el mejor disco del grupo ni el mejor disco de pop/rock de la historia de España. Pero, desde luego, las críticas salvajes que ha recibido desde algunos medios españoles son injustificables. Resulta obvio pensar que hay un odio exagerado por algún motivo que desconozco a este grupo; algo que no tiene que ver con su música exclusivamente, para que exista tal ensañamiento.

Resumiendo: como decía, en este país algo va mal si a este disco le llueven palos y luego a un tal Joe Crepúsculo, al que una vez intenté escuchar y sentí como si violaran a la hija que aún no tengo, lo adoran como el nuevo mesías.

"Universal" es un disco que quizá no está a la altura de -por ejemplo- el enorme "Nuevos Tiempos", pero presenta una serie de canciones más que dignas. "Voy a hacerte recordar", "Hacia la luz", "Younger", o "Días de vino y rosas" creo que son temas que más de uno hubiera deseado escribir, con melodías hermosas y letras que, al menos a mí sí, me aportan algo sobre la vida. Supongo que algunos expertos musicales o gente que escibe en blogs por esta geografía está muy por encima, claro. Aquí estoy esperando sus libros para que me iluminen, o sus discos, si tanta crítica independiente saben hacer.

Quizá lo que cabree a la crítica es que LHR no sea un grupo cuya líder y vocalista tenga un nombre inglés muy rimbombante, cante como con miedo a que le den una colleja, y se empeñe en cantar en inglés cuando todo el mundo sabe de dónde viene. Escuchen el disco y juzguen ustedes mismos.

sábado, 1 de enero de 2011

Para escuchar en REPEAT: New year's day (U2)

Feliz año blablabla. Aunque ahora no esté muy claro a qué se dedican exactamente, hubo un tiempo en el que U2 escribían canciones realmente buenas, como es el caso. Me gusta porque además de ser un temazo dice una gran verdad: nothing changes on new year's day.