I want to be the bluebird. Singing, singing to the roses in the yard

martes, 25 de enero de 2011

DISCO SEMANAL #12: Phosphene Dream (The Black Angels)


Llevo unos cuantos días enganchadísimo a este disco. Supongo que hay temporadas en las que uno está mucho más receptivo a escuchar de buen gusto música más psicodélica que de costumbre, imagino que por un estado de ánimo infludo a saber por qué... pero el caso es que es así. Y no es que vayas caminando por la calle o mirando por la ventana del autobús y, de repente, te parezca que todo pudiera tornarse color verde y las nubes hacer figuras de elefantes haciendo gimnasia (que también pasará sin necesidad de ir hasta arriba de nada)... no. Sencillamente es que en tu cabeza esa música fluye, cosa que no sucede siempre. Al menos en mi caso particular. Aún así, aprovecho para declararme fan de la psicodelia.

Pues precisamente eso: un disco éste de The Black Angels básicamente de rock psicodélico. Término que seguramente hará que muchos se lleven las manos a la cabeza, recordando grupos plomíferos cuyas canciones jamás entenderemos por qué llegaron tan lejos... pero no. Es un disco que apetece escuchar por segunda vez. Es más, cualquier canción podría quedar bien en el próximo recopilatorio que le hagas a tu novia medio indie (espero que eso siga haciendo).

The Black Angels (nombre salido del tema "The Black Angel's Death Song", de la Velvet Underground) son de Austin, Texas. No vamos a recordar lo importante que es (y ha sido) Austin para el rock, que para eso ya hay camisetas a patadas que lo van recordando por ahí, pero... joder, nunca dejaré de preguntarme qué coño piensa el resto de Texas sobre Austin, en donde decenas de bandas de calidad proliferan como los modernos en la Gran Vía. Lo mismo a alguna hasta se le ocurre escribir un verso en contra de la pena de muerte.

"Phosphene Dream" es el tercer disco de estudio del grupo, y presenta diez canciones elaboradísimas y que enganchan desde el primer momento. Uno no tiene conciencia exacta de lo está escuchando, precisamente por esos aires psicodélicos que envelven este trabajo, pero ciertamente desde el primer tema uno queda atrapado en esa atmósfera etérea que crean los americanos sin, gracias a Dios, una producción barroca o pasada de rosca.

Muy recomendable. Yo, como digo, estoy enganchadísimo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario