I want to be the bluebird. Singing, singing to the roses in the yard

domingo, 21 de noviembre de 2010

Algunos conciertos: Primal Scream

Muchos años después, Primal Scream volvió a los escenarios españoles en Madrid y Barcelona, a las salas Riviera y Razzmatazz respectivamente.

En la sala madrileña, el grupo de Glasgow ofreció un recital que no dejó frío a nadie. Para ser una banda entrada ya en edad, descargó una enorme cantidad de ilusión y fuerza sobre el escenario, además de mostrar su intacta capacidad para crear un sonido contuntente desde el primer tema.

La lista de canciones seleccionada para la ocasión era un auténtico regalo para los fans; no se dejaron casi ninguna de las más míticas en el armario. Desde "Movin' On Up" hasta la joven "Country girl", una tras otra las canciones más esperadas se fueron sumando a lo que terminó siendo una enorme fiesta del rock'n'roll, con "Come together" como colofón.

Independientemente de su calidad, la cual es indiscutible a estas alturas para un grupo como Primal, me sorprendió mucho y para bien el sonido del grupo: fuerte sin llegar a ser ruido, muy cohesionados todos los instrumentos. Ahí detrás hay muchas horas de trabajo, desde luego. Las guitarras de Andrew Innes y Robert "Throb" Young hilan sus fraseos con enorme criterio y hacen que un fondo sonoro constante nos recuerde que estamos ante una banda de las grandes. Por su parte, Bobbie Gillespies encandiló al respetable con su divinidad sobre el escenario. Realmente es un tipo admirable cuando se sube ahí arriba; su voz y el magnetismo que genera con cada uno de sus sinuosos movimientos, hacen que uno no pueda dejar de mirarlo.

Quizá me defraudó un poco el excesivo uso de sonidos pregrabados. Todos gozamos sobradamente con -por ejemplo-, "Movin' on up", pero... ¿dónde estaba el coro femenino que llenó la sala Riviera por unos instantes? Y así con otros ejemplos (risas, alegatos, etc). Personalmente creo que la ausencia de estos sonidos no implicada nada (todos sabemos que el directo tiene carencias en beneficio de otras virtudes), pero su presencia sí que significa "esto es de mentira". Un ruido, un efecto... bien, es irreproducible. Pero un coro... eso no debería ser hecho por una tecla. Y menos un grupo como Primal Scream.

Aún así, es innegable que el concierto fue enorme y que nadie pudo salir del todo decepcionado.

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