I want to be the bluebird. Singing, singing to the roses in the yard

lunes, 15 de noviembre de 2010

DISCO SEMANAL #3: This is my truth, tell me yours (Manic Street Preachers)

Hay discos malos, discos mediocres, discos buenos, y discos que son sencillamente redondos. Discos que marcan un momento de nuestras vidas por muchos motivos emocionales, seguramente, pero sobre todo por ser obras maestras desde la primera canción hasta la última. Discos cuya escucha llena por un rato toda nuestra mente, haciendo pequeño todo lo demás. Para mí, "This is my truth, tell me yours", es uno de esos.

Han pasado muchos años desde los inicios de esta banda galesa, y sería de necios decir que fueron sólo una explosión de talento momentánea, algo muy común en los noventa. Si bien es cierto que formaron parte de aquella escena británica y que se llevaron gran parte del enorme pastel que estaba por repartir en aquellos días, y que ahora su popularidad sólo se mantiene viva entre sus fans y entusiastas de la música dispuestos a atender sólo a la calidad de las canciones y no a las modas efervescentes, los Manics siguen sacando al mercado actualmente trabajos más que dignos.

James Dean Bradfield (líder, vocalista, y guitarrista del grupo) deber ser, en mi opinión, recordado como uno de los maestros de la melodía de los últimos veinte años. Escribe con una naturalidad y frescura apabullantes, con una aparente sencillez melódica tan directa como difícil de imitar. En este disco, por ejemplo, apenas hay virtuosismos con los instrumentos, al mismo tiempo que tampoco estamos ante un ejercicio de disección de la historia de la música pop/rock a través de sus canciones. No hay alardes de nada en los temas que conforman esta grabación; pretensiones musicales más allá de construir una recopilación de canciones hermosas e imponenetes como catedrales.

Trece canciones en un CD que, cada vez que reviso, recuerdo por qué me sería imposible quitar alguna de la lista. Un disco que marcó generaciones allá por los noventa, en plena ebullición del britpop, pero que, ojalá, termine convirtiéndose en una obra atemporal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario